Un mexicano en Francia...

Después de estar aqui unas semanas puedo decir que estoy aclimatado a algunas cosas al menos, a los horarios, la comida, el clima... hay otras cosas, en cambio, a las cuales no creo acostumbrarme nunca; el intenso antojo de chipotle y jalapeños en escabeche que me asalta súbitamente y sin previo aviso, el recuerdo del calor de la estufa de mi madre, el querer escuchar español en las calles, la notoriedad en el cambio de las estaciones, la dificultad para encontrar algunos ingredientes en los mercados, los agridulces momentos en los que me doy cuenta de lo lejos que estoy de todos y todo lo que conozco.
Pero bueno, no todo es malo, Francia ha sido buena conmigo, aún si tomo en cuenta su intenso amor por la burocracia, me ha recibido sin demasiados prejuicios y con sinceras ganas de conocernos mutuamente.

Qué puedo decir de Dreux? ya conozco casi todas sus calles y rincones, está rodeada de bosques y si uno viene en auto es probable que se tenga que pasar por debajo de un puente o por un tunel, está muerto los domingos y aún no he visto un perro callejero, debo caminar casi una hora su quiero ir a un centro comercial que se digne de serlo y tengo a Paris a 40 minutos, si encuentro el mítico tren que no hace paradas en todos los quince pueblos, algunos de ellos fantasmas, que existen entre aquí y allá. Aquí se encuentra enterrado el último rey que tuvieron los franceses y muchos de sus conacionales caídos en alguna de las incontables guerras que este país ha visto.

En estos días los árboles han estado perdiendo las hojas, las calles y banquetas están llenas de ellas mientras que los jardines se recubren de ocres, bronces, rojos y amarillos achicopalados.
Es una ciudad que se aprecia mucho más al regresar de Paris, el bullicio y congestionamiento, la contaminación y las masas de la capital ante el silencio campirano, la tranquilidad y el aire fresco de Dreux.


Seguiré escribiendo después, por lo pronto aquí van unas fotos de Dreux, Chartres y Paris. A bientot!


La vista desde mi cuarto, creo que esto es mejor a ver a los vecinos en Tijuana, jaja.





Estas dos son de la catedral de Chartres, a 30 minutos en camioncito de Dreux.

Estan son de Paris