Tuesday, June 13, 2006

Road trip hasta Austin.

Esta fue una semana extraordinaria, ( hoy es miercoles, asi que me refiero del miercoles pasado a hoy) fui a Austin, el viaje fue todo un trip; road trip no chingaderas, de esas que te paras en pueblitos de peliculas de miedo (Texas chainsaw masacre) y en otros lugares literalmente en medio de la nada (gracias Nuevo Mexico), nos llovio y calleron tormentas de arena, chiquitas, pero arena al fin. Pueblitos chiquitos (Anthony, Tx) y ciudades grandotas (El Paso-Ciudad Juarez... que pedo!). El sabado vi algo que nunca pense ver, una doña llego a la gasolinera donde estabamos descansando, ese calor texano te chinga como no teneis idea, se estaciono de lado, asi que no pudimos ver el frente de su camioneta, sale del auto y voltea con asco y algo de verguenza al frente de su carro, sin mas ni mas extiende la mano y arranca un cuervo de la parrilla! Pero un cuervo enorme! Inmediatamente soltamos todos las carcajadas y la morra creo que se dio cuenta, ni pedo, no mames era un pinche pajarote! Ya que se fue nos acercamos al cesto de basura donde de manera poco ceremoniosa arrojo el cadaver del ave. Era enorme, brilloso, aun en la muerte poseia cierto aura de misterio, de negrura, cargaba en si el orgullo de ser un cuervo, por mas ridicula que fue su muerte, el cadaver no mostraba rasgos de haber sufrido verguenza por ello, al contrario. El ave supo como morir. Al principio quise tomar de el alguna pluma, eran hermosas, pero ya al verlo no podia en buena consciencia profanar ese humilde ataud suburbano, por la misma razon no hay foto para mostrarles, merece un poco de nuestro respeto, o al menos el mio.

El Paso-Ciudad Juarez me dejo boquiabierto y con varias inquietudes historicas y sociologicas. No habia visto una ciudad tan integrada, al menos en espacio, separada por un muro. Supongo que asi ha de haberse visto Berlin. No es como aqui en Tijuana, donde toda nuestra ciudad se repliega a la frontera, como un cachorrito cuando busca calor, mientras que San Diego extiende un delicado dedo para tocar con la mera punta a su vecina pobre y morena; casi con un poco de repugnancia, casi sin querer tocarla, como por compromiso, como por acciente, como haciendole el favor. No, El Paso-Ciudad Juarez es una ciudad dividida por un rio y un muro, pero geograficamente es una, economicamente supongo que tambien.

Llegamos ahi a las 3 de la mañana, al Paso, yo cruce a pie a Ciudad Juarez porque ocupaba comprar un inhalador (nerd alert!) afortunadamente hay una farmacia de 24 hrs justo al frente de la salida de la frontera.
Es una ciudad triste; traumada. Senti su verguenza ante ser reconocida como campo de muerte de cientos de mujeres, huele a sangre triste, a sangre sola, a sangre seca, a sangre que es ocultada por la autoridad ante los reflectores de la prensa, sangre que se llora a si misma ante la indiferencia del pueblo que la derrama, sangre de mujer negada, deseosa de ser vista, de ser mencionada por su nombre. Sangre de Sandra, de Clara, de Maria, de Sofia, Lola, Guadalupe, Karla, Antonia, Tacha, Isabel, Concepcion, Melissa, Andrea, Claudia, Martita, Carmen... todas ellas cuya sangre fue derramada en suelo ingrato. Que sus nombres todos floten entre nosotros y nos recuerden a aquellas que hemos perdido, que seguimos perdiendo. Que sus nombres nos recuerden lo incompletos que estamos con su auscencia, con su silencio.
Mientras Chente le miente al mundo diciendo que "las muertas de Juarez" ya estan solucionadas, la ciudad hunde su rostro cuando uno reconoce la falsia del comentario. "Las muertas de Juarez"... que impersonal, que inhumano, que falsedad. Todas ellas caben en ese epitafio: las muertas. Son solo eso, muertas, cuerpos, bultos de biomasa y nada mas. No fueron mujeres, no fueron hermanas e hijas, madres, sobrinas y nietas. No fueron sueños e ilusion de padres, nunca tuvieron esperanzas y deseos, nunca conocieron el amor, nunca perdonaron, nunca lloraron, nunca se entregaron a los brazos de un hombre o de una mujer. Son solo eso, muertas, y nada mas. Que tristeza, que verguenza.
Con diez minutos en Ciudad Juarez supe que las verguenzas y las tristezas pueden compartirse en silencio por toda una ciudad, asi como la indiferencia por toda una nacion.

Texas es grandre, en espacio y en espiritu. Tiene alma segura, orgullosa, independiente. Alma de cowboy. No puede uno sino sentir admiracion por el amor que los texanos tienen por su Estado, por la idea de su Estado, por lo que simboliza. Dudo que, de haber mantenido Texas para nosotros, le tendriamos el mismo cariño que esos, los hijos de los independentistas. Texas, mexicanos, esta en buenas manos; dejen de guardar rencor y ganas de recuperarla.

Austin en particular tiene un aire de orgullo sereno. Una tranquilidad de cañón. Es una ciudad verde, no por los dolares, sino verde, verde por sus arboles. Es todo lo que uno ve mientras va sobre el freeway, copas de arboles quebradas solo por el ocacional edificio demasiado alto como para ser cubierto por ellas. Es chica, mas chica que Los Angeles, quiza mas grande que San Diego, pero poco, solo por poco. Su gente tambien es distinta, nada como California, es una sencillez de provincia sublimada. Una energia silenciosa la que cargan. Seguridad de quienes son y su papel en el mundo.

Es una ciudad de calor. Rebozante de calor tanto en la mañana como a media noche. Ese calor de desierto humedo. De mujer dormida con la mano sobre el sexo, satisfecha. Ese calor que duerme a los cansados e impulsa a los que trabajan. Es una ciudad de pasados encontrados, de caminos cruzados con el motor del futuro y la añoranza de un pasado romatizado, melancolico de heroes.

Es una ciudad de estrellas pintadas, quemadas, esculpidas y fundidas. Las encuentras en las rejas, adornando fachadas, fundidas en el concreto de las aceras, en los menu de las tabernas, en los ojos de los niños, en el escudo del Estado, en las banderas texanas que sobrepasan por mucho a las gringas. Es una ciudad de estrellas.

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